viernes, 8 de abril de 2011

Un beso, Cynthia


Un beso, Cynthia




Entiendo que tienes razones para sentirte muy triste, para no querer salir de la oscuridad en la que estas. Pero hay mil motivos para sonreír y sentirte bien, por lo dichosa que eres y el privilegio que tuviste de conocer el verdadero amor y felicidad.

Hay gente, como yo, que se gasta la vida: lamentándose, sufriendo, triste. Hay parejas que duran muchos años juntos y su maldita costumbre es pelear, gritar, ofenderse, gran parte de su camino están regalándose codazos y no conviven codo a codo. Me incluyo de nuevo.

Y tú, aunque breve que fue el tiempo que estuviste con él, fue maravilloso, se conocieron, se entregaron, vivieron y sobretodo disfrutaron su tiempo. Te regaló las ganas de luchar, de volver a sentir. Abriste las puertas de tu alma, esas que habías cerrado con piedra y lodo para dejar pasar un gran un amor. El más sincero de tu vida.

Y ese es un motivo para sonreír ahora, para limpiarte las lagrimillas de tus ojos, para cerrarlos y sentir como aún late tu corazón por él, como cuando te pretendía y no dabas el brazo a torcer, según tú por no sufrir, sin darte cuenta que acababas de adquirir el motor de sueños.

Saber que pierdes alguien es doloroso, pensar que su cuerpo puede estar en otros brazos, sus píes en otras latitudes, su mente en otra persona, causa traumas. Ahora, aceptar que ha dejado la misma superficie que tú, no puedo imaginar el frío que sientes en tu piel.

Pero vive, poco a poco, date (no ahora) la oportunidad de volverte a enamorar, trae a tu memoria su fuerza, su energía. Más que perder un gran ser, ganaste un enorme ángel que velará por tu bien, por el de tu nene. Te llenará de bendiciones.

Los tiempos de Dios a veces desconciertan, y mucho, no los entendemos y hasta los renegamos. Pero recuerda que sólo a sus hijos más fuertes es a los que les pone grandes pruebas de fe. No dejes de creer. La gente honrosa de nuestra vida es la que más cicatrices tiene en el alma.

Aún esta contigo. Es de mañana y la luz entra por tu ventana. Ese rayo de sol se ha convertido en su calida mano que toca suave tu piel, siéntelo. Háblale bajito para que te escuche mejor, dile que quieres como la última vez. Te responderá. Y te dará el aliento que necesitas en…Un Beso Cynthia…

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