viernes, 14 de febrero de 2014

La Aparición de los Presidentes




Como nunca en la historia de la política nacional cuatro ex presidentes coincidieron en una semana donde el actual mandatario es multielogiado en el extranjero.

Las diferencias políticas, pero sobre todo personales, se encargaron de separar a los priistas Carlos Salina s de Gortarí y Ernesto Zedillo Ponce de León.

Lo mismo ocurrió con sus sucesores, los panistas: Vicente Fox y Felipe Calderón. Estos puntos de vista encontrados y las rencillas tuvieron el mismo resultado: la pérdida del Ejecutivo federal.

El sábado, luego de su participación en el foro económico en Davos, Suiza, Ernesto Zedillo se dejó ver en la Ciudad de México. El ex presidente comió en el restaurante Bellinghausen de la Zona Rosa, donde saludó a los comensales que se le acercaron.

Los propios empleados del lugar reconocieron que el mandatario estuvo de muy buen humor. Lo que es cierto que el nombre de Zedillo comenzará a retumbar de nuevo en la vida nacional, porque se celebran 20 años del hecho que marcó la historia del país, así como la propia: el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Ernesto Zedillo volverá a ser objeto de análisis, de varios reportajes, crónicas y entrevistas por el papel fundamental que jugó en el ya lejano 1994.

Su acérrimo rival político, Carlos Salinas de Gortarí, también tuvo el tino de reaparecer esta semana precisamente con el tema 1994, donde en entrevista con El Universal se subió al ring con su excolaborador, Manuel Camacho Solís.

En la extensa entrevista que le hizo Rogelio Cárdenas Estadía, Salinas considero que el ahora senador del PRD se volvió insignificante: “Llegó un momento en el que él ya se había vuelto irrelevante”.

Al igual que su sucesor, el nombre de Salinas volverá a retomar fuerza en la plaza pública, puesto que gran parte de la población sigue creyendo que éste fue el autor intelectual de la muerte de Colosio.

El miércoles, en el Club de Industriales, Felipe Calderón lanzó la Fundación Desarrollo Humano Sustentable, donde lo más representativo fue la capacidad de convocatoria afectaba hacia el panista.

Algunos políticos consideraron que este acto fue el primer homenaje a Calderón desde que salió de la Presidencia, por la presencia de ex secretarios de Estado, ex colaboradores, senadores, diputados, gobernadores, leyendas azules de la talla de Diego Fernández de Cevallos y Luis H. Álvarez; leyendas de la función pública del tamaño de Alfredo Elías; viudas e hijos de quienes murieron como secretarios de Gobernación o Educación, empresarios, amigos y simples mortales que querían dejarse ver.

Al igual que sus antecesores, el nombre de Felipe Calderón será muy utilizado, principalmente, en el proceso de renovación de la dirigencia nacional del PAN. Donde para los que les gusta especular, advertirán que el michoacano “es la mano que mece la cuna blanquiazul”.

Este sábado, tocará a su antecesor Vicente Fox, congregarse con su antiguo gabinete presidencial en el Centro Fox, donde les ofrecerá una visita guiada y una comida en su honor.

Y como ocurría en su sexenio, Marta Sahagún de Fox, descartó que el encuentro tenga como fin invitar a los ex secretarios de Estado a participar en alguno de los proyectos que se llevan a cabo en el Centro Fox o de los que se tienen en puerta.+

“Si ellos quieren lo harán, no se trata de que nosotros les pidamos absolutamente nada”, aseguró.

Estas cuatro apariciones se dieron en la semana en la que el presidente, Enrique Peña Nieto, recibió un arma de dos filos: la portada de la revista Time.

La edición que saldrá a la venta el próximo 24 de febrero tiene al mandario nacional en la portada, cuyo artículo principal está titulado "Salvar a México" (Saving Mexico).

El periodista estadounidense Michael Crowley, quien ha dado seguimiento junto a Mark Stevenson a la administración de Peña, es el autor de este artículo en el que se habla de las reformas estructurales del Presidente.

En la portada se lee que el artículo será de "cómo las radicales reformas de Enrique Peña han cambiado la narrativa en su nación teñida de narco" (How Enrique Peña Nieto's sweeping reforms have changed the narrative in his narco-stained nation).

Así fue como este típico febrero se convirtió en atípico con la presencia en la plaza pública de cuatro ex presidentes…pero será marzo donde las cosas se intensificarán porque se revivirá la vida y obra política del que pudo haber sido el presidente reformador: Luis Donaldo Colosio.

viernes, 7 de febrero de 2014

La defensa de Rojas

En estos catorce meses al frente del gobierno federal, Enrique Peña Nieto, ha dejado dos cosas muy claras: que su administración apuesta a que sea la reforma energética la que dé crecimiento al país y que nadie en es indispensable en su equipo de trabajo.

Aunque parezca que estas tesis caminan en caminos contrarios, la renuncia de Francisco Rojas, al frente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) nos hace ver que solo las divide una delgada línea.

Por todos es sabido la cercanía entre Rojas y Peña Nieto, ambos son mexiquenses, integrantes notables del llamado Grupo Atlaculmulco, incluso hay quienes refieren los une (o unía) una profunda amistad.

Durante el periodo ordinario 2009-2012 Rojas, como coordinador parlamentario de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, junto con José Ramón Martell, otro destacado mexiquense, se dedicaron a dos cosas a blindar al entonces gobernador del Estado de México y en frenar toda iniciativa del presidente, Felipe Calderón, que le diera logros de cara a las elecciones presidenciales.

Rojas tejió un fino trabajo desde San Lázaro, pues en la mayoría de las Comisiones importantes logró doblar a Josefina Vázquez Mota y al propio Alejandro Encinas, entonces coordinadores del PAN y el PRD, para colocar a los incondicionales de Peña Nieto.

Así fue como Luis Videgaray obtuvo la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, desde donde logró recursos históricos para el Estado de México, que dieron impulso a los programas de la entidad.

Francisco Rojas también logró poner el freno a las aspiraciones de panistas y perredistas quienes de cara a los comicios que renovarían el ejecutivo mexiquense querían que se legalizarán las alianzas electorales entre partidos disímbolos.

Asimismo, el entonces líder de los diputados sirvió de contrapeso y hasta de piedra en el zapato para su homologo en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, quien mediante las llamadas “reformas estructurales” pretendía lograr la candidatura presidencial del PRI.

Así pasó la 61 Legislatura, con un Francisco Rojas blindando a Peña Nieto de todos los ataques que pretendían descarrilar sus aspiraciones presidenciales. Con estos buenos resultados, el círculo cercano de Rojas auguraba un escaño en el Senado para el mexiquense y así aprobar las reformas que dieran rumbo al nuevo gobierno.

Pero días previos a la elección Rojas descartó cualquier puesto en el nuevo gobierno, aseguraba se iría a descansar a su casa. Hasta que en diciembre de 2012 fue nombrado director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cargó importantísimo debido a que el presidente necesitaba un buen político en esa área para cabildear la madre de todas sus reformas: la energética.

Pero esto nunca se concreto, nunca el priista nunca hizo una defensa, bueno ni una presentación en torno a la reforma energética. Diputados del PRI y el Verde de la actual legislatura incluso aseguran declinó participar en las reuniones plenarias para abordar el tema.

Parecía que las formas ni el contenido de la reforma energética lo tenían muy contento, hay que recordar que en 2008, cuando se discutía la reforma energética del presidente Felipe Calderón, Rojas, entonces presidente de la Fundación Colosio, advertía que “la gente se opondría a los cambios Constitucionales para las inversiones privadas”.

Incluso pedía que la iniciativa se discutiera con amplios sectores de la sociedad y criticaba los anuncios de televisión del gobierno federal para promover la exploración y explotación de diversas áreas, en especial de las aguas profundas.

“No hay necesidad de establecer alianzas estratégicas o contratos de riesgo. Pero definitivamente no es la privatización de la industria petrolera lo que el país requiere”, esgrimía.

Poco a poco se ha ido revelando que durante el camino de la reforma energética en el Senado y la Cámara de Diputados, los principales operadores eran el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell y el director de Pemex, Emilio Lozoya, brillando por su ausencia Rojas, pese a que varios puntos de la iniciativa tocaba el tema de las tarifas eléctricas.

También de acuerdo a priistas consultados refieren que el ex director de la CFE era tibio con la propuesta legal, su abogado general, César Augusto Santiago, era el principal crítico.

Se dice que funcionarios federales obtuvieron grabaciones de algunas llamadas de Santiago donde vapulea la reforma del presidente Peña Nieto, incluso refieren que en público no perdía la oportunidad de minimizar la reforma madre.

El camino de la reforma energética fue relativamente fácil no hubo una oposición real a ella, aunque ahora parece que el enemigo dormía casa. Lo mejor es esperar a que el propio Rojas explique los motivos para emitir su renuncia, aunque sea ese honor le debería dar el presidente Peña Nieto, después de la ayuda brindada.