viernes, 31 de enero de 2014

Entre alianzas y procesos electorales

El nuevo periodo ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión viene cargado de una gran agenda política en la que los partidos mayoritarios apostarán su capital político de cara a las elecciones de 2015.

Entre los pendientes que tienen diputados y senadores es concluir las legislaciones secundarias de las reformas aprobadas el año pasado: telecomunicaciones, energética, hacendaria, competencia económica y político-electoral.

Hasta donde se vio en cada una de las reuniones plenarias que se desarrollaron en estos días las principales bancadas tienen una agenda en común, aunque como sabemos: “el diablo se esconde en los detalles”.

En San Lázaro las prioridades están un poco dispersas, por un lado los liderados por Manlio Fabio Beltrones tienen como privilegiarán la ley secundaria de la reforma energética, en la que se definirá de una vez por todas, el nivel de participación que tendrán los privados en Petróleos Mexicanos (Pemex).

Un punto que está olvidando la izquierda y que podría ser una bandera que adoptará la sociedad, es el control que tendrá la inversión privada en la industria eléctrica.

Y digo que sería mejor recogida por el daño tan inmediato a la ciudadanía, debido a que los precios de la luz son muy elevados en muchas partes de la República, tal es el caso de Chihuahua, donde la gente ya no tiene ni para pagar el servicio para sus calentadores y evitar los estragos del frío.

Siendo el energético el tema vital para la administración del presidente, Enrique Peña Nieto, se supo que la reunión plenaria de los diputados del PRI y el Verde que se llevo a cabo en Santa Fe, el gobierno federal y los legisladores instalaron una mesa para afinar el articulado.

Por parte del Ejecutivo serán los propios Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía y Emilio Lozoya, director de Pemex quienes lo encabecen; mientras que del Poder Legislativo estará el brazo derecho de Beltrones: Marco Antonio Bernal y Javier Treviño Cantú.

Pero esto no para aquí, porque extendieron la “cortesía parlamentaria” al PAN quien envió a sus expertos en temas energéticos: Juan Bueno Torio y Rubén Camarillo. Con esto conseguirían 365 votos (PRI, PAN, Verde y Panal) para aprobar prácticamente lo que quisieran.

Conocedores de esta situación en el PRD buscarán aliarse con el PAN y con sus partidos afines: PT y Movimiento Ciudadano para que en la ley reglamentaria de la reforma político-electoral pueden fortalecer la consulta popular y abrogar los cambios a los artículos 25, 27 y 28 Constitucional.

El propio coordinador perredista, Silvano Aureoles, ha reconocido que en materia energética no tienen mucho que hacer, por lo que apostarán todo su capital al tema político.

La alianza entre PAN y PRD podría rendir frutos, toda vez que los blanquiazules pretenden democratizar los medios de comunicaciones y creando sanciones más severas a los que incumplan la normatividad en telecomunicaciones, propuestas que no le desagradan del todo a la izquierda.

Pero en el tema donde está alianza podría consumarse es en el tema hacendaria, porque por un lado buscarán eliminar la homologación del IVA en la frontera, así como llenar de candados los programas estrella del presidente Peña Nieto: El Seguro de Desempleo, Seguro para Madres Solteras y la Pensión para Adultos Mayores.

En el Senado la situación es similar aunque ahí tiene el trabajo más difícil el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, porque ni con los votos de sus aliados (Verde y Panal) logra la mayoría simple.

El factor que jugará para el experimentado priista será el proceso de renovación de las dirigencias del PAN y el PRD, que aunque parecen temas aislados, caminan muy de la mano.

Por todos es conocido el ambiente de crispación, encono y división que permea en la fracción que encabeza, Jorge Luis Preciado, lo que podría enviarle algunos votos al priista con tal de afectar a Gustavo Madero.

En el PRD las cosas no son muy diferentes, pues todos observamos al ambiente de descontrol que se generó cuando su coordinador, Miguel Barbosa se ausentó por temas médicos. Todos los perredistas, como ellos solos, querían llevar agua a su molino sin importar los ideales de izquierda.

Estos tres meses que se avecinan en el Congreso de la Unión serán de mayor intensidad que lo que se vivió el pasado 2013, debido a que en septiembre arranca de manera formal el proceso electoral de 2015, lo que romperá las alianzas y construcción de reformas, para dar paso a la guerra electoral y demanda de paternidad de dichas leyes.

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